Como ya decía en la crítica de la primera temporada, empezaba la visualización de la segunda temporada con la sospecha de que no podía ser mejor que la primera, y así a sido, pero no porque esta sea mala, sino porque la primera es absolutamente perfecta.
La segunda temporada comienza mostrandonos la situación de todos los protagonistas tras el trabajo en las calles de Baltimore, donde podemos ver a McNulty degradado a patrullar en barco, al teniente Daniels en la oficina de evidencias y a Kima dedicada al papeleo en una oficina.
La trama se centra en el puerto de Baltimore, en el contrabando de mercancías y los problemas de los sindicatos. Como es normal en esta serie los personajes se van presentando poco a poco, detalladamente, nos cuentan como son su vidas, su día a día en el bar, lo jodido que es el trabajo de estibador sin hora seguras de trabajo y la importancia de ser veterano.
Conocemos al jefe del sindicato, Frank Sobotka, al capullo de su hijo Ziggy y al espabilado de su sobrino Nick. Frank se dedica a pasar contrabando a cambio de dinero que el utiliza para mejorar las condiciones de trabajo y el futuro de su gente sobornando a peces gordos del estado de Baltimore.
El problema es que una de las latas de contrabando la encuentra la policía Beadie Russell llena de 13 cadáveres de chicas del este de Europa y se desata una investigación que sumado al interés del comandante Bunny por hundir a Sobotka pone a nuestros chicos a trabajar en otra nueva investigación.
Mas tarde conoceremos a los mafiosos que compran el contrabando liderados por “el Griego” y su mano derecha Spiros “Vondas” junto a sus soldados.
Y es que esta serie es perfecta, y todo va ocurriendo a su ritmo, como tiene que ocurrir, hay que comprar escuchas, hay que hacer mucho trabajo de campo aburrido, hay que perseguir coches, apuntar matrículas, infiltrarse, joder a la parienta, favores de altos mandos, ayuda del FBI… en fin tremendo!!!
Y algunos diréis, ¿y que pasa con las calles de Baltimore, las han dejado aparcadas?, pues no amigos, esto no para nunca, Avon sigue dando ordenes desde la cárcel, Stringer dirige el cotarro desde fuera, y sigue habiendo tiroteos, robos y peleas en cada esquina.
Como no el amigo Omar sigue por ahí vengando la muerte de su amado, el chaval Bodie escala puestos en el organigrama de poder, y siguen habiendo problemas para mantener las baratas, las torres y para mezclar la mierda….
Si algo no me ha gustado de esta segunda temporada es la aparición del tipo de New York, el hermano Mouzon que creo que no pega nada en esta serie tan realista. Pero esto no es suficiente para bajar el nivel de esta tremenda serie de la que estoy deseando devorar su tercera temporada.
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